Temas que hablar antes de casarse por Rosa del Valle

Cuentan las malas lenguas que cuando Jennifer López estaba prometida con Ben Affleck, le pidió que firmara un contrato prenupcial por el que éste se comprometía a mantener relaciones sexuales con ella durante al menos 4 veces por semana. De esta manera se aseguraba o ella creía que se aseguraba que él no le fuera infiel.
Finalmente se separaron antes de casarse. Nunca se supo si fue porque él no había podido con la presión o si 4 veces le parecían pocas. En general, las cláusulas de los famosos están más relacionadas con el bolsillo. Algún día deberían explicarnos para qué quieren todavía más dinero del que ya tienen. A veces me preguntó si será tan placentero eso de dormir en una cama repleta de billetes de 500 euros.

Antes de casarse
Un claro ejemplo de esa obsesión desmedida por convertirse en el tío Gilito, sería la de Beyoncé. En su contrato prenupcial antes de casarse con el rapero Jay –Z quedaba estipulado que si se separaban antes de los dos primeros años, él tendría que pagarle 10 millones de dólares. Él no solo no se dejó amedrentar por esa cantidad, sino que encima le fue infiel con otra mujer en cuanto se ella despistó un poco. Beyoncé en lugar de dejarle, renegoció de nuevo el contrato para que en caso de separarse antes de 15 años, él le tuviera que pagar 1 millón de dólares por cada año. Y yo me pregunto: ¿Qué necesidad tendrá esa mujer de aguantar que uno de los hombres más feos del planeta le ponga semejante peso sobre su cabeza?

Sea como sea, tu matrimonio siempre será más auténtico. Puede que no tengas tanto dinero, pero probablemente gozarás de un poco más de amor del bueno, de amor propio y de amor por ti mismo.
La gran mayoría no somos ni ricos ni famosos. No tenemos que andar pensando en clausulas estúpidas para llamar la atención y conseguir que la gente hable de nosotros. A nuestro nivel terrenal, la separación de bienes podría ser considerada el equivalente a su: “Este polvo no me ha gustado nada. Suelta medio millón de dólares”.
Mucho más importante que negociar un posible divorcio antes de casarse , lo cual ya dice bastante sobre las grandes esperanzas que tienes puestas en lo que estás haciendo, sería intentar hablar alto y claro sobre una serie de temas que es mejor aclarar antes de dar el gran paso.

Fin de semana en un hotelito en la sierra.
-Bueno cariño, aquí estamos. Tendremos que hablar largo y tendido. Yo he traído mi lista y ¿tu?
-¿Para qué? Estoy seguro de que en estos tres días no nos va a dar tiempo a contestar a las tuyas. Yo vengo preparado con las respuestas, así que dispara.
-Muy bien, sírveme un vino y empezamos. Primera pregunta: – ¿Quieres tener hijos? Si la respuesta es sí, ¿Cuántos querrías tener?
-Empezamos fuerte. Si lo llego a saber me sirvo un gin tonic. Tener hijos no me preocupa especialmente antes de casarnos. Si lo tenemos bien y si no también. En cuanto al número, uno o dos máximo. Cedí con respecto al dragón de plástico para la ceremonia, pero en todo lo demás no pienso imitar a Sergio Ramos.
-En caso de tenerlos ¿Te pides ser el poli bueno o el poli malo?
-Tenía entendido que había que remar en la misma dirección. No voy a dejar que los hijos boicoteen mi relación contigo.
-Ummm, interesante, punto para ti. Y el dinero… ¿Tendremos cuentas separadas o conjuntas?
-En este momento ganas casi el doble que yo así que creo que eso deberías decidirlo tú. No voy a discutir nunca contigo por dinero, así que con respecto a ese tema puedes hacer lo que quieras. Solo espero que si algún día yo ganara más, te alegres tanto como yo lo hago ahora por todo lo contrario.
-Me parece que has venido muy preparado tú para esta charla. En cuanto al sexo. ¿Tienes algo que decir?
-Sí, que podríamos dejar este cuestionario para más tarde y empezar ahora. No sé si eso te sirve de respuesta. Jajajaja. Vale, vale…me pongo serio. Al final será cuando tú digas, cómo tú digas y dónde tú digas. Estoy preparado psicológicamente para eso, pero no esperes que no esté todo el día encima de ti intentándolo. Mi única exigencia es CLARIDAD.
-¿Qué quieres decir? ¿Tengo que hacerme la depilación láser? ¿Ahora no lo ves lo suficientemente claro?
-¡Oh, my God! Claridad en cuanto a tus expectativas. Quiero saber todo lo que quieres y cómo lo quieres. No quiero que tengas alguna inquietud por ahí que yo no pueda resolver por carecer de la información necesaria y termines buscando a otro para que te la resuelva.
-Alto y claro. ¿Cuánto espacio necesitas?

El tema de los amigos
-El justo, quepo en cualquier sitio.
-Serás imbécil. Ahora todas las parejas antes de casarse dicen que cada uno tiene que tener su espacio y que no es necesario estar todo el día juntos. Quiero saber cuánto espacio necesitas tú.
-Me encanta estar contigo. Compartimos muchas aficiones, así que no entiendo por qué deberíamos pasar mucho tiempo separados si nuestros trabajos ya nos roban demasiado. Eso no quita para que quedemos con amigos de vez en cuando.
-Ahí quería llegar yo. ¿Te vas a enfadar cuando quede con mis amigas? Los amigos son para toda la vida.
-Totalmente de acuerdo. ¿Algún apartado más en ese interminable cuestionario o podemos volver a ese apartado que dejamos a medias?
-Aún no he terminado. ¿Quién se va a encargar de la casa? ¿Repartimos las tareas? ¿Alguna en concreto que te niegues a hacer? ¿Vas a ser uno de esos que usa el verbo ayudar como si de hacer favores se tratara?
-Frena, frena, frena, que ya tienes la vena en el cuello a punto de estallar y no he respondido aún. Te recuerdo que mi madre tenía todas las tareas divididas entre los cuatro hermanos. Nunca tuvo hijas y dijo que ella no pensaba hacer nada teniendo a cuatro hombres en casa. No tengo ninguna intención de discutir contigo por ese tema.

La familia
-Ese es otro tema peliagudo. Tu madre, tus hermanos, las cuñadas, los sobrinos…
–La familia no tiene por qué ser un tema peliagudo como tú dices. Somos adultos y sabemos estar. No pienso quedar con ellos todos los días, pero tampoco me impidas hacerlo porque mi familia será mi familia toda la vida. Si en algún momento no te gustan, te molestan, sientes deseos irrefrenables de criticarlos, llamas a tus amigas y te desahogas y yo haré lo mismo.
-Me parece un buen acuerdo. Yo no me meto con los tuyos y tú no lo haces con los míos.
-¿Te queda mucho? Ya me he bebido 4 copas de vino y deberíamos empezar a pensar en cocinar algo si esto se va a alargar mucho. Si sigo bebiendo terminaré dando la respuesta equivocada y no quiero fallar. Me muero por casarme contigo.
-Has superado la prueba. Yo también quiero casarme contigo. Ven aquí, Ben Affleck. Es hora de empezar a cumplir nuestro “no acuerdo prematrimonial”.