Invitación de boda
Por Rosa del Valle

Acabas de romper la hucha del cerdito donde guardas las monedas de dos euros con las que piensas irte de vacaciones este verano. De este año no pasa, no importa si nos asola la peste negra o el tifus. Vas a ir de vacaciones con tu familia sí o sí. Cuentas el dinerín, sintiéndote por un momento como el tío Gilito acariciando cada moneda. Tu expresión se ilumina con una sonrisa que no te entra en la cara al darte cuenta de que has ahorrado lo suficiente para recorrer la Toscana durante 10 días.

Bodas sorpresa
Cuando tu pareja llega a casa, le estás esperando ansiosa para darle la sorpresa. Sentada en una silla como Vivian Ward en Pretty Woman, esperas sonriendo pícaramente cubriéndote únicamente con los billetes de avión.
-¡¡¡¡Sorpresa!!!! ¡¡¡¡Nos vamos a la Toscana!!!!
-¡¡¡¡Sorpresa!!!! Abre este sobrecito que me acaba de dar tu tía Adela en la panadería.- ¡Ay, madre! Esto no está saliendo como yo había imaginado.- Creo que es de tu primo Luis, el de Toledo. Para ahorrar en sellos, las invitaciónes de boda se las envió todas a tu tía. Menudo rata. Me puedo imaginar el menú de la boda. Por cierto…¡¡¡¡Tenemos una boda en septiembre, yuju!!!!
-Ohhh. ¡Qué ilusión, mi primo tercero, Luis!- En mi boca se dibuja al instante un puchero de los que dejé de poner cuando tenía tres años. Estoy al borde del llanto. Me levanto y busco el pijama. No pienso ponerme a llorar desnuda. Demasiado patético.
– Adiós a la Toscana, adiós a los vinos a la sombra de un ciprés. Tendré que seguir comiendo macarrones con tomate de tetrabrik. En estos momentos, creo que habría preferido recibir una carta de hacienda. Bueno cariño…no todo está perdido, devolveré los billetes de avión y buscaré un destino más acorde con nuestra economía de mierda. Además, seguro que lo pasamos bien en la boda y veré a toda la familia.

Bodas de amigos
-¡¡¡¡Sorpresa!!!!- Otra vez no, por favor, otra vez no.- No te lo quería decir todavía porque sé que te pones un poco nerviosita, pero mejor ahora que más tarde cuando ya hayas pagado la reserva de un hotelito en la montaña. Mi amigo Juan me ha llamado esta mañana para decirme que también se casa este año. Aquí tengo otro sobrecito con la invitación de boda. Pero bueno, será en noviembre. No coinciden. Hoy es el día de las grandes noticias ¿eh?
-Caramelito….solo tenemos una huchita para vacaciones, la de los imprevistos está vacía desde que arreglamos la lavadora.- Lloro a moco tendido sin importarme lo que piense de mí. –¡¡¡Trae aquí esas invitaciones de boda!!!- Grito desesperada.- Tengo que analizarlas ahora mismo.

– Mientras las leo, farfullo:- No veo a mi primo Luis desde que hizo la comunión y tu amigo Juan ¿Qué puedo decir de tu amigo Juan, el reincidente? Es su tercera boda, joder. Tiene que haber alguna regla que establezca por ley que a partir de la segunda boda ya no tienes derecho a regalos. Es más, si tu matrimonio dura menos de un mes, deberías estar obligado a devolverlos. De ser así, ahora ya tendríamos regalo para mi primo Luis.
Me encanta el término “invitación de boda” porque desde el momento que la recibes, sabes de antemano que ese papelito, aparentemente inofensivo es de todo menos una invitación. Podrían denominarlas “Entrada para la boda de Luis y Margarita”, “Trampa mortal”, “Vete despidiéndote de tus vacaciones” o “Peligro: contiene ántrax”. Una vez la recibes, ya no hay marcha atrás. Léela atentamente. Analiza hasta el más mínimo detalle.
Regalos de boda
Si a pie de página vine impresa la cuenta bancaria, no mires más. Es obvio que te están solicitando amablemente que pagues el menú y la propina. Si en lugar de cuenta bancaria aparece una lista de boda, espabila. Si esperas demasiado, puede que te toque comprar un IPhone X porque es lo único que queda libre. Si no ves ninguno de estos dos datos, te toca sacar la calculadora. Puedes entrar en internet para consultar a cuanto se cotiza la entrada a una boda. También puedes intentar averiguar el precio del menú en el restaurante que aparece en la invitación.
Probablemente te saldría más barato ir por tu cuenta a un restaurante con estrella Michelin, pero cenar con otras 100 personas de tu familia y desconocidos es un plus que hay que pagar. Si solo te toca pagar un menú, estás de suerte, pero si sois cuatro, vete cruzando los dedos para que en un asterisco explique que los niños están terminantemente prohibidos en la boda.
Más que las invitaciones de boda me gustan los novios que te llaman y directamente te espetan: -!!!Nos casamos!!! Nos encantaría que compartieras ese día tan especial con nosotros.
-Pero…-Estás segura de que hay un pero en esa frase.
-Pero hemos elegido lo mejor para nuestros invitados y queremos saber si podrás costearte el menú. Si nos lo pudieras confirmar cuanto antes, por favor, te invitaríamos de mil amores.
-Me encantaría.- Respondes con la cara desencajada. –Nada me haría más ilusión.

Consejo para futuros novios
Ya por último, un consejo para todos los que estáis pensando en casaros. Muchas veces hay invitados que fallan a última hora. Si ya habéis confirmado el número de comensales en el restaurante, por favor, no invitéis a otra persona en su lugar. Aunque no lo creáis, todo el mundo sabe que cuando te invitan a una semana de cualquier evento, lo están haciendo para cubrir bajas. Claro que si estáis de suerte, encontraréis a alguien como yo. No sé decir que no.
-¡Qué ilusión que os hayáis acordado de mí!- Y otra vez intentando contener las lágrimas y el maldito puchero de la infancia a punto de delatarte.
A pesar de quedarme sin vacaciones otra vez, me encantan las bodas, especialmente las de las personas que quiero y a las personas que quiero me encanta hacerles regalos. A veces que alguien te insinúe lo que quiere, es una gran ayuda y evita que compres cosas que 2 meses más tarde acaban vendiéndose en Wallapop.
2 comments
Si hay que comer macarrones un año, se comen, ??
[…] quebraderos de cabeza tiene ella ya con las dichosas mesas como para llamarle y decirle que mi novio prefiere sentarse solo….porque te sientas SOLO, te lo voy […]