Bodas de destino en Mallorca por Rosa del Valle.
HAY UNA MEDIA NARANJA EN CADA LUGAR
¿Cuántas posibilidades hay de que tu media naranja sea un vecino que lleva desde pequeño viviendo en el mismo bloque que tú? Eso puede suceder una vez entre un millón, pero hay que ser realistas. Lo normal es que todas las medias naranjas que te vayas encontrando a lo largo de tu vida se encuentren a algo más que a escasos metros de ti. En un alto porcentaje, tu otro yo no será de tu misma ciudad y en algunas ocasiones será incluso de otro país a miles de kilómetros. Eso no va a impedir que te enamores y que finalmente decidas unirte para siempre salvando cualquier distancia. Ahí es cuando entra un nuevo concepto de bodas que en realidad ha existido siempre: Destination Weddings o para los que preferís el término español, que puede no ser tan chic, pero obviamente existe: Bodas destino.
DESTINATION WEDDINGS EN MALLORCA
¿Qué ocurre cuando una pareja decide casarse pero cada uno es de una ciudad o de un país diferente? La primera disyuntiva que se plantea es ¿dónde lo celebramos?… ¿en tu casa o en la mía? Lo normal es que a uno de los dos le dé exactamente igual mientras que el otro está pensando ya en la ermita de su pueblo en la que soñaba casarse desde pequeño. ¿Cómo vas a romper en pedazos el sueño de un niño? Decidido, todo el mundo para la ermita aunque mis 100 invitados tengan que desplazarse, buscar hotel y quedarse sin vacaciones ese año.
Este tipo de bodas, que llevan existiendo toda la vida, ahora tienen un nombre: Bodas destino. Hace años eran algo normal y asumido. Cuando cada uno era de una ciudad, la boda se celebraba en la ciudad de la novia. Ahora, en cambio, como se ha visto que es una tendencia al alza, se ha intentado darle otra vuelta de tuerca. Lo que realmente se ha puesto de moda es casarse en un lugar que ni para ti ni para mí. Vamos, que lo ideal es irse a tomar por culo a un lugar paradisiaco con tus familiares y amigos…los que puedan permitírselo, claro. Lugares como Baleares, Méjico, Bali, Cuba o Jamaica se han convertido en las opciones perfectas para este tipo de eventos, que generalmente se alargan durante días.
Estás en casa tan feliz después de haber hecho tu reserva de vacaciones por internet. Recibes la llamada de tu amiga Carolina.
-¡¡¡¡¡Me caso!!!!!- Te alegras por ella porque eres una buena amiga sin imaginarte lo que está por venir.
-¡¡¡En septiembre te toca hacer las maletas porque nos vamos 4 días a Mallorca!!! ¡¡¡Hemos planeado una destination wedding!!!- Pero, ¿Qué dice esta mujer? ¿Desde cuándo sabe inglés si no aprobó ni la ESO?”.
-Van a ser cuatro días de celebraciones a lo grande. Prepara modelo de noche, de playa, de boda, de preboda, de postboda, un disfraz y uno de faralaes por si acaso. – Sigues alegrándote por ella, pero estás en shock. Apenas te reacciona el dedo índice para pulsar el “sí” en el ordenador a la pregunta de: -¿Está seguro de que quiere cancelar sus vacaciones?
-¿Y eso? ¿Cómo os ha dado por ahí? –El tic del ojo te traiciona y tu novio te mira levantando la ceja con suspicacia. Algo malo pasa.
-Queríamos que nuestra boda fuera diferente y como yo soy de Murcia y el de Estambul, pues hemos decidido un terreno neutral. Mallorca es ideal, con su sol, sus playas, su todo…
-No es por poner peros, pero ¿Crees que se lo van a poder permitir muchos invitados? –Le pregunto sin intentar parecer una aguafiestas.
-Jo, tía, lo hemos elegido precisamente por eso, para que podáis venir todos. Nuestra primera opción era Santorini, pero pensamos que igual a la gente se le iba a salir un poco del presupuesto. Hemos elegido Mallorca pensando en todos vosotros.
-¡Mira qué detallazo! –Con el mismo dedo índice que sigue siendo la única parte de tu cuerpo que aún puedes mover, empiezas a buscar vuelos a Mallorca. Tu amiga sigue hablando y tú solo piensas en colgar y llamar a tu prima Laura para que te preste toda la indumentaria. –Me alegro un montón de verdad. Va a ser genial. Yo estaba pensando en pasar 10 días en Italia este verano- Sientes como las lágrimas se deslizan por tus mejillas.- ,pero así ya, pues vuelvo a Mallorca por tercera vez y en esos cuatro días me da tiempo a desconectar un poco. Mallorca me superencanta.
-Claro mujer. Estamos pensando en una temática diferente para la preboda y otra para la postboda. Si se te ocurre alguna idea, aceptamos sugerencias. He hecho una lista con todas las actividades que se pueden hacer. No pararemos ni un minuto. Es una pena que justo ahora te hayas echado ese novio hippie porque mi boda sería ideal para desmadrarte como solo tú sabes hacer. –Me arrepiento de haber activado el manos libres porque mi novio ha puesto una cara que…intuyo al final voy a ir sola al evento. – ¿Has visto la película Destination Wedding? Si no lo has hecho, deberías. Ha sido una inspiración para mí.
-Ya lo estoy viendo, una boda gitana en toda regla. Lo pensaré, lo pensaré. –Cuelgas y tu novio encoge los hombros y tuerce la boca. No sabe si consolarte porque no dejas de llorar o recoger sus cuatro cosas e irse.
Si ahora mismo hiciera una encuesta para saber quién quiere ser famoso o quién prefiere vivir en el anonimato, el 90 % respondería que prefieren pasar desapercibidos. Me resulta sorprendente que casi nadie quiera perder su privacidad. Eso sí, llega el día de organizar tu boda y todo el mundo empieza a pensar como una famoso. Una boda en isla Mauricio, o en las Fiji y a todos empieza a parecerle algo real y al alcance del bolsillo de todos los anónimos del planeta.
Si no tenéis los recursos para ir al otro lado del planeta, pero aun así no queréis renunciar a vuestro sueño, podéis optar por ir los dos solos y enlazar el evento con la luna de miel. El amor en realidad no necesita testigos. Eso no impide que envíes 200 invitaciones y recibas 200 regalos junto con una disculpa porque lamentablemente, ningún de tus invitados pertenece a ese grupo de privilegiados a los que no les importa perder la privacidad.
Hay cientos de formas de celebrar una boda y cada pareja debe elegir la suya. Una vez en la vida…o dos…o tres…bien lo merece.