Bodas con protocolo o sin protocolo por Rosa del Valle
¿Sois una pareja protocolaria o antiprotocolo? ¿Os gusta seguir las tradiciones o preferís romper con los patrones y las normas?

90 días para la boda.
Wedding planner:- ¿Cómo les gustaría celebrar el evento?
Novia: -Algo sencillo, sin muchos invitados, cero protocolo. Nosotros somos superhippies ¿verdad, cariño?
Novio: -Sí, sí, un día para que la gente se lo pase bien y se olvide de todo. Lo más importante es que todos disfruten.

60 días para la celebración
Wedding planner: -Pues ya lo tengo prácticamente todo. No todos los días tiene una la suerte de encontrarse con unos novios abiertos de mente con los que es tan fácil trabajar.
Novia:- ¡Ay, gracias! Hemos estado haciendo la lista de invitados y, jajajaja….no te lo vas a creer. Nos salen 225 personas, así de golpe, sin esperarlo. Jajajaja…y eso que no hemos dejado que nuestros padres inviten a sus compromisos.
Novio:- Yo lo habría dejado en 200, pero nos hace mucha ilusión que también los demás puedan disfrutar de ese día tan importante para nosotros.
Wedding planner:- En cuanto al protocolo… ¿Seguimos sin normas? 35 no es lo mismo que 225…
Novia: -Sí, sí, sin normas, por supuesto.
Novio: -Cada uno que venga como quiera y a disfrutar a tope.

30 días para la celebración
Wedding planner:– Va a quedar todo precioso. Tengo aquí las invitaciones para que les echéis un ojo. Seguro que os encantan.
Novia:-Ummm… Sí, son muy bonitas, pero hemos estado pensando….jajajaja, no te lo vas a creer…nos gustaría que las mujeres llevaran sombrero o tocado y yo creo que sería mejor poner en la invitación el código de vestimenta.
Novio:- Y no te olvides, los hombres pajarita de colores.
Wedding planner: -Pero es una boda de noche. Se supone que los sombreros y tocados son para el mediodía. Las pajaritas serían para un chaqué…
Novia:- Ya te dijimos que no queríamos seguir el protocolo. Vamos a poner el nuestro propio. Queremos que todo sea muy libre, pero a la vez diferente.
Novio: -Te resumo: Esta prohibido que las invitadas vayan sin sombrero o tocado. Está prohibido que ellos vayan sin pajarita de colores. Está prohibido tirarnos arroz. Tienen que tirar pétalos de rosas rojas. Está prohibido hacer fotos con los móviles. También está prohibido hacer videos. Está prohibido gritar que se besen o cualquier otra frase de esas ordinarias durante el banquete. Está prohibido tirarse a la piscina. Están prohibidos los niños, eso es importante que lo ponga la invitación, niños no que luego sus padres no se divierten.
Novia: -Y hemos pensado que si alguien se salta alguna norma del protocolo queremos que les pongas un castigo. Invéntate una prueba ingeniosa, algo con gracia como dar 10 vueltas a la finca, hacer 10 largos en la piscina o podemos poner un rincón de pensar.
“NO ES LA APARIENCIA, ES LA ESENCIA. NO ES EL DINERO, ES LA EDUCACIÓN. TAMPOCO ES LA ROPA, ES LA CLASE”

He leído más de 30 artículos sobre protocolo antes de escribir este post. Algunos parecían sacados del siglo pasado. En otros había infinitas normas con sus apartados y subapartados. He llegado a la conclusión de que yo aconsejaría ser antiprotocolario, pero de los de verdad, no de los de: -“Si te saltas mi propio protocolo, que es superdivertido, copias 100 veces en un papel, no lo volveré a hacer nunca más”. Simplemente escribiría en la invitación: “Sentido común y a disfrutar”. De ese modo evitaríais que vuestra boda se convierta en un quebradero de cabeza para los invitados. Está muy bien querer que todo salga perfecto, pero cuanta más naturalidad, más diversión.
Para todos los fanáticos del protocolo y las normas os voy a poner algunos ejemplos en los que personalmente no me parece que haya sido todo un éxito el seguirlo a rajatabla.
Invitadas en el sur de España con vestidos de manga larga, cuello alto y 40 grados a la sombra. Será muy recatado y acorde con las bodas religiosas, pero he visto uniformes de colegio con faldas mucho más cortas.
Vestido de la infanta Leonor en la entrega de los Princesa de Asturias. Mi abuela se ponía uno igualito los días de fiesta, a la altura de la rodilla con la combinación por debajo para que no se le pegara el raso a las piernas.
Pamela de la infanta Elena en la boda de su hermana Cristina. Hay que reconocer que esa mujer es toda una visionaria porque habría sido ideal para mantener la distancia social en estos momentos.
Ana Botella empeñada en hablar inglés ante los miembros del COI. Muy protocolario como alcaldesa, pero como representación del país una pena. Sin embargo, casi tan divertido como Ortega Cano saltándose el protocolo y cantando “estamos tan agustito” en la boda de Roicito. Hay momentos en los que saltarse el protocolo está muy justificado porque a veces, es ahí cuando te llenas de gloria. De esa boda seguro que los invitados solo recuerdan esa canción, los ojos azul Crepúsculo de la novia y su postizo de pelo peruano de un metro de largo haciendo bucles como los de Scarlett O´Hara.
Carolina de Mónaco, cumpliendo como una campeona, llegando sola vestida de Chanel de los pies a la cabeza a la boda de los Reyes, mientras su marido estaba durmiendo la mona en el hotel o haciendo pis en alguna esquina. La verdad es que Ernesto es el vivo ejemplo de saltarse los protocolos con pértiga.
El momento sublime en el que la reina Leticia, el día de Pascua impide que las niñas se hagan una foto con la abuela a la salida de la iglesia. ¿De qué podría hablar Peñafiel si no pasaran estas cosas?
Novias vestidas de amarillo periquito en la boda de Pilar Rubio y Sergio Ramos porque habían prohibido todos los colores del arco iris. ¡Qué necesidad!
Esos son solo algunos de los ejemplos que demuestran claramente que seguir el protocolo a veces no es lo más acertado, especialmente cuando a la gente lo que le falta es el sentido común.
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[…] también. En cuanto al número, uno o dos máximo. Cedí con respecto al dragón de plástico para la ceremonia, pero en todo lo demás no pienso imitar a Sergio […]